Los mercados de Asia y Oceanía fueron ayer las primeros en cerrar sus operaciones con importantes retrocesos, luego fue el turno de baja de las tradicionales plazas de negocios europeas y finalmente se desplomó el 2 por ciento Wall Street, arrastrando a toda América latina.
Estas caídas en los valores de las acciones tuvieron su correspondiente réplica en los mercados de materias primas y en el de bonos.
Lo cierto es que se produjo una oleada de ventas de acciones masivas en todo el mundo, llamativamente tras las voces de optimismo que compartieron la semana pasada, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal estadounidense.
La divergencia entre lo anunciado por los bancos centrales y los datos macroeconómicos dados a conocer, como la baja de la confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan, provocó ya el viernes pasado caídas cercanas al 1 por ciento en el cierre de Wall Street.
Luego del paréntesis del fin de semana los inversotes asiáticos abrieron la semana bursátil liquidando posiciones, con lo que la Bolsa de Tokio -pese al anuncio que Japón salió de la recesión- registró una caída del 3,10 por ciento en el índice Nikkei.
Peor sacudida soportó China, donde la Bolsa de Shangai se desplomó el 5,79 por ciento, mientras en Hong Kong el índice Hang Seng perdía 3,62 por ciento.
Los operadores atribuyen este pesimismo a que el dato de suba del PIB japonés que aguardaban los expertos, que ya descontaban la salida de la recesión, sería de una tasa superior.
Con esta perspectiva iniciaron posteriormente sus operaciones los mercados accionarios europeos y americanos.
Operaciones que, desde el inicio -en ambas orillas del Atlántico- se caracterizaron por la fuerte preeminencia de ventas.
La Bolsa de Madrid marcó el mayor retroceso al caer el Ibex 35 un 2,78 por ciento, seguido de cerca por el MIB30 de la Bolsa de Milán que retrocedió 2,74 por ciento.
El mercado de París bajó 2,16 por ciento, Estocolmo el 2,12, æmsterdam el 2,09, Frankfurt 2,02, Zurich 1,70 y Londres perdió 1,46 por ciento.
A la hora del cierre de las cotizaciones en el continente americano, el índice de las empresas tecnológicas en Wall Street, el Nasdaq Composite, fue el que marcó el mayor retroceso: perdió 54,68 puntos para quedar en 1.930,84 unidades, con pérdida del 2,75 por ciento.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Nueva York, cayó 186,06 puntos y quedó en 9.135,34 unidades, con retroceso del 2,00 por ciento.
En tanto, en San Pablo, Brasil, el índice Bovespa cayó 2,51 por ciento y el mercado de México cedió 2,00 por ciento.
Estas caídas en los valores de las acciones tuvieron su correspondiente réplica en los mercados de materias primas y en el de bonos.
Lo cierto es que se produjo una oleada de ventas de acciones masivas en todo el mundo, llamativamente tras las voces de optimismo que compartieron la semana pasada, tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal estadounidense.
La divergencia entre lo anunciado por los bancos centrales y los datos macroeconómicos dados a conocer, como la baja de la confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan, provocó ya el viernes pasado caídas cercanas al 1 por ciento en el cierre de Wall Street.
Luego del paréntesis del fin de semana los inversotes asiáticos abrieron la semana bursátil liquidando posiciones, con lo que la Bolsa de Tokio -pese al anuncio que Japón salió de la recesión- registró una caída del 3,10 por ciento en el índice Nikkei.
Peor sacudida soportó China, donde la Bolsa de Shangai se desplomó el 5,79 por ciento, mientras en Hong Kong el índice Hang Seng perdía 3,62 por ciento.
Los operadores atribuyen este pesimismo a que el dato de suba del PIB japonés que aguardaban los expertos, que ya descontaban la salida de la recesión, sería de una tasa superior.
Con esta perspectiva iniciaron posteriormente sus operaciones los mercados accionarios europeos y americanos.
Operaciones que, desde el inicio -en ambas orillas del Atlántico- se caracterizaron por la fuerte preeminencia de ventas.
La Bolsa de Madrid marcó el mayor retroceso al caer el Ibex 35 un 2,78 por ciento, seguido de cerca por el MIB30 de la Bolsa de Milán que retrocedió 2,74 por ciento.
El mercado de París bajó 2,16 por ciento, Estocolmo el 2,12, æmsterdam el 2,09, Frankfurt 2,02, Zurich 1,70 y Londres perdió 1,46 por ciento.
A la hora del cierre de las cotizaciones en el continente americano, el índice de las empresas tecnológicas en Wall Street, el Nasdaq Composite, fue el que marcó el mayor retroceso: perdió 54,68 puntos para quedar en 1.930,84 unidades, con pérdida del 2,75 por ciento.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Nueva York, cayó 186,06 puntos y quedó en 9.135,34 unidades, con retroceso del 2,00 por ciento.
En tanto, en San Pablo, Brasil, el índice Bovespa cayó 2,51 por ciento y el mercado de México cedió 2,00 por ciento.