Rige desde el 1 de octubre, beneficiará a 4.280.000 menores y tiene un costo fiscal anual de $ 2.500 millones. No varían las escalas.
Cristina se reunió con Tomada, Moyano, Fernández, Boudou y Bossio para anunciar el aumento. Siguiendo un pedido expreso de la CGT, el Gobierno dispuso un incremento en las asignaciones familiares del 33,3% a partir del 1 de octubre, lo que representa un costo fiscal de $ 2.500 millones por año, según anunció el director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio, luego de reunirse con la presidente Cristina Fernández.
La resolución se conoció luego de una reunión que mantuvieron la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto con los ministros de Economía, Amado Boudou, de Trabajo, Carlos Tomada, el mencionado Bossio y el secretario general de la CGT, el camionero Hugo Moyano.
La suba, según explicó Bossio, será retroactiva al 1 de este mes y beneficiará a 4.280.000 menores de 18 años de todo el país.
La propia jefa de Estado valoró el incremento en unas breves declaraciones a la prensa, en las que señaló que "es un aumento distributivo porque impacta en los salarios menores".
La medida dispone un incremento de las asignaciones pero no modifica las actuales bandas salariales, por lo que quienes perciban un básico superior a los $ 4.800 seguirán sin percibir el beneficio.
En el caso de la asignación prenatal o por hijo, los trabajadores que perciban salarios de hasta $ 2.400 mensuales pasarán de una asignación de $ 135 a $ 180, la banda salarial de $ 2.401 a $ 3.600 pasará de $ 102 a $ 136 y la de $ 3.601 a $ 4.800 subirá de $ 68 a $ 91.
Con la misma escala salarial, para los trabajadores con hijos con discapacidad los incrementos serán de $ 540 a $ 720, de $ 405 a $ 540 y de $ 270 a $ 360 para salarios superiores a $ 3.600 (ver cuadro).
El titular de la Anses, informó en una conferencia de prensa llevada a cabo en Casa de Gobierno que la medida se dio "por iniciativa de la Presidenta a pedido de la CGT".
"Afecta a trabajadores en relación de dependencia y beneficiarios de Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (ART), beneficiarios de la prestación por desempleo, beneficiarios del SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino), pensiones y veteranos de guerra del Atlántico Sur, y esto es un universo de 4.280.000 hijos menores de 18 años", detalló Bossio.
El anuncio llega justo cuando todos los analistas privados coinciden en que la economía volverá a crecer en 2010: entre 3 y 4 % o hasta 6 % en la proyección más optimista. El Gobierno ha calculado 2,5 %, pero sus datos no gozan de mucho predicamento.
Puesto en un cuadro más amplio, el punto es desde dónde se parte, o sea, el resultado de este año. Algunos creen que el PBI caerá 2%, otros 3,4% y ninguno piensa en un crecimiento del 0, % como Amado Boudou puso en el Presupuesto de 2010. Está visto que el Gobierno niega por completo la recesión.
Así, la media entre los privados arroja que en 2010 la economía sólo recuperará la pérdida de este año, eventualmente muy poco más. No habría, pues, un rebote significativo, ni mucho menos las inconsistentes tasas chinas del pasado.
Es por otra parte notable el papel que se le asigna al campo en la mejora: directa e indirectamente, representaría la cuarta parte o la tercera del crecimiento global, según las estimaciones. Sería casi todo gracia de la soja, ese "yuyito" que descalificó la Presidenta.
En cambio, ninguno apuesta a la inversión privada, que incorpora equipos, aumenta la productividad y estira el horizonte. Son todas ventajas conocidas, pero significan arriesgar capital cuando el factor dominante es la incertidumbre política que, a su vez, oscurece el clima económico.
Lo que surge, por añadidura, es una magra recuperación del mercado laboral. Así recién a fines de 2010 se compensarían los puestos destruidos durante la recesión. Agencias DyN, Télam y CC.
Cristina se reunió con Tomada, Moyano, Fernández, Boudou y Bossio para anunciar el aumento. Siguiendo un pedido expreso de la CGT, el Gobierno dispuso un incremento en las asignaciones familiares del 33,3% a partir del 1 de octubre, lo que representa un costo fiscal de $ 2.500 millones por año, según anunció el director ejecutivo de la Anses, Diego Bossio, luego de reunirse con la presidente Cristina Fernández.
La resolución se conoció luego de una reunión que mantuvieron la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto con los ministros de Economía, Amado Boudou, de Trabajo, Carlos Tomada, el mencionado Bossio y el secretario general de la CGT, el camionero Hugo Moyano.
La suba, según explicó Bossio, será retroactiva al 1 de este mes y beneficiará a 4.280.000 menores de 18 años de todo el país.
La propia jefa de Estado valoró el incremento en unas breves declaraciones a la prensa, en las que señaló que "es un aumento distributivo porque impacta en los salarios menores".
La medida dispone un incremento de las asignaciones pero no modifica las actuales bandas salariales, por lo que quienes perciban un básico superior a los $ 4.800 seguirán sin percibir el beneficio.
En el caso de la asignación prenatal o por hijo, los trabajadores que perciban salarios de hasta $ 2.400 mensuales pasarán de una asignación de $ 135 a $ 180, la banda salarial de $ 2.401 a $ 3.600 pasará de $ 102 a $ 136 y la de $ 3.601 a $ 4.800 subirá de $ 68 a $ 91.
Con la misma escala salarial, para los trabajadores con hijos con discapacidad los incrementos serán de $ 540 a $ 720, de $ 405 a $ 540 y de $ 270 a $ 360 para salarios superiores a $ 3.600 (ver cuadro).
El titular de la Anses, informó en una conferencia de prensa llevada a cabo en Casa de Gobierno que la medida se dio "por iniciativa de la Presidenta a pedido de la CGT".
"Afecta a trabajadores en relación de dependencia y beneficiarios de Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (ART), beneficiarios de la prestación por desempleo, beneficiarios del SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino), pensiones y veteranos de guerra del Atlántico Sur, y esto es un universo de 4.280.000 hijos menores de 18 años", detalló Bossio.
El anuncio llega justo cuando todos los analistas privados coinciden en que la economía volverá a crecer en 2010: entre 3 y 4 % o hasta 6 % en la proyección más optimista. El Gobierno ha calculado 2,5 %, pero sus datos no gozan de mucho predicamento.
Puesto en un cuadro más amplio, el punto es desde dónde se parte, o sea, el resultado de este año. Algunos creen que el PBI caerá 2%, otros 3,4% y ninguno piensa en un crecimiento del 0, % como Amado Boudou puso en el Presupuesto de 2010. Está visto que el Gobierno niega por completo la recesión.
Así, la media entre los privados arroja que en 2010 la economía sólo recuperará la pérdida de este año, eventualmente muy poco más. No habría, pues, un rebote significativo, ni mucho menos las inconsistentes tasas chinas del pasado.
Es por otra parte notable el papel que se le asigna al campo en la mejora: directa e indirectamente, representaría la cuarta parte o la tercera del crecimiento global, según las estimaciones. Sería casi todo gracia de la soja, ese "yuyito" que descalificó la Presidenta.
En cambio, ninguno apuesta a la inversión privada, que incorpora equipos, aumenta la productividad y estira el horizonte. Son todas ventajas conocidas, pero significan arriesgar capital cuando el factor dominante es la incertidumbre política que, a su vez, oscurece el clima económico.
Lo que surge, por añadidura, es una magra recuperación del mercado laboral. Así recién a fines de 2010 se compensarían los puestos destruidos durante la recesión. Agencias DyN, Télam y CC.