Igual que hace 24 años en México ‘86, Diego Maradona gambetea a todos. Y fiel a su estilo se ríe del protocolo. Por eso cuando se presenta en la conferencia de prensa oficial en Pretoria, y segundos antes de la primera pregunta, deja su lugar, mete un pique corto, salta las vallas y se estrecha en un emocionante abrazo con el italiano Salvatore Bagni, ex compañero en el Napoli y hoy periodista. Pero este Maradona, también, ofrece la otra cara. La del técnico serio, que no le tiembla el pulso para marcar la cancha y tomar decisiones calientes.
Así, entonces, no esquivó la primera pregunta. La que apuntaba al estado físico de Walter Samuel (salió lesionado ante Corea del Sur y se perdió el duelo contra Grecia). “Ayer hicimos una práctica de fútbol. Se sintió bien de entrada pero después no lo vi bien. Seguramente irá Burdisso. Siempre dije que iba a poner al que mejor esté. No podemos arriesgarnos. El primer en saber que no se puede regalar nada es Samuel. Si él no está diez puntos no nos está dando la mano que necesitamos”, justificó el Diez.
Voy a poner el mejor equipo que tenga. Acá no hay privilegios. Traje 23 jugadores que sabían que tenían posibilidades, pero siempre dije que iba a poner a mi equipo de gala porque así se lo merecen los argentinos”, explicó. Por lo tanto, los once serían: Romero; Otamendi, Demichelis, Burdisso, Heinze; Maxi Rodríguez, Mascherano, Di María; Messi, Higuaín y Tevez.