Padre de 8 hijos, Don Guido supo forjar una vida de trabajo junto con su esposa Evelina, que lo acompañó en todos sus proyectos a lo largo de su fructífera vida. “Yo amo a mi mujer, no podría decir todo lo que representa. Yo me creo una buena persona, pero ella es mejor”.
Su mayor obra fue el Sanatorio Pasteur, hoy el centro médico más importante de la provincia. Era común verlo hasta los últimos días caminando por los pasillos y hablando con los pacientes, porque nunca dejó de ser médico.
Expresaba el orgullo porque sus 8 vástagos (Silvia, José Guido, Fernando, Raúl, Marta, Gabriel, Andrés y Javier) forman parte del directorio del nosocomio y constituyen un verdadero ejemplo de empresa familiar.
“Mi mayor suerte en la vida es tener la familia que tengo”, afirmaba orgulloso este abuelo de 22 nietos.
Pero Don Guido desarrolló múltiples actividades en distintos ámbitos de la vida social, política, deportiva y empresarial de Catamarca, y por donde transitó dejó imborrables huellas.
Justamente esa elección por la provincia que lo vio nacer, es una de las virtudes que propios y extraños le reconocen.
Afable, cariñoso, supo granjearse la simpatía de amigos, pero también de desconocidos que lo respetaban y muchos lo admiraban en silencio.
Su impronta quedará, su paso terrenal no fue en vano porque el querido Dr. Guido Jalil seguirá presente en Catamarca.
El sepelio de sus restos se ralizará hoy a las 10 en el Cementerio Municipal, previa misa en la Parroquia del Corazón de Jesús a las 9.00.