La relación entre las fuerzas que componen el Frente Cívico siempre fue complicada, pero en las últimas semanas los roces se profundizaron. Pocas esperanzas frente a las elecciones y actos desesperados para conservar votos.
A sólo tres días de la elección provincial, en el Frente Cívico y Social se respira un clima de profunda tensión y nerviosismo. Según pudo confirmar este medio, cada vez son más los altos cuadros políticos que dan por perdida la contienda del próximo domingo, lo que significaría el ocaso de dos décadas de hegemonía del FCyS y de su principal dirigente y candidato, el gobernador Eduardo Brizuela del Moral.
La situación de incertidumbre al interior de la fuerza reavivó incluso la interna entre renovadores y celestes, que históricamente quedaba atenuada durante las campañas. Ahora, esos roces comienzan a manifestarse con mayor claridad hacia el exterior, a medida que se acelera la cuenta regresiva del proceso electoral.
Si al comienzo de la campaña podía pensarse en alguna solución a la disconformidad por el reparto de cargos a disputar y en alguna estrategia para acomodar la imagen de cada uno de los candidatos durante la contienda, hoy el crecimiento de Lucía Corpacci en las encuestas de intención de voto borró de un plumazo cualquier expectativa que los distintos actores del FCyS pudieran poner por encima de sus propias diferencias.
Con el avispero convulsionado, Brizuela del Moral salió a dar pasos en falso en un intento desesperado por capitalizar el caudal de votos que lo posicionaría, quizás, en un virtual empate técnico ante la candidata del Frente para la Victoria.
A sólo tres días de la elección provincial, en el Frente Cívico y Social se respira un clima de profunda tensión y nerviosismo. Según pudo confirmar este medio, cada vez son más los altos cuadros políticos que dan por perdida la contienda del próximo domingo, lo que significaría el ocaso de dos décadas de hegemonía del FCyS y de su principal dirigente y candidato, el gobernador Eduardo Brizuela del Moral.
La situación de incertidumbre al interior de la fuerza reavivó incluso la interna entre renovadores y celestes, que históricamente quedaba atenuada durante las campañas. Ahora, esos roces comienzan a manifestarse con mayor claridad hacia el exterior, a medida que se acelera la cuenta regresiva del proceso electoral.
Si al comienzo de la campaña podía pensarse en alguna solución a la disconformidad por el reparto de cargos a disputar y en alguna estrategia para acomodar la imagen de cada uno de los candidatos durante la contienda, hoy el crecimiento de Lucía Corpacci en las encuestas de intención de voto borró de un plumazo cualquier expectativa que los distintos actores del FCyS pudieran poner por encima de sus propias diferencias.
Con el avispero convulsionado, Brizuela del Moral salió a dar pasos en falso en un intento desesperado por capitalizar el caudal de votos que lo posicionaría, quizás, en un virtual empate técnico ante la candidata del Frente para la Victoria.
Fuente El Esquiú