La Provincia: La conveniencia de un reclamo

Una nueva semana comenzó con problemas en las escuelas de Catamarca. Esta vez, es el interior el que está de pie por un reclamo de los alumnos, quienes aseguran que van a seguir tomando los establecimientos mientras el Estado no les otorgue las netbooks del programa “Conectar Igualdad”.
La medida suena tan insólita como descabellada, ya que, habiendo transcurrido casi el 65 por ciento del año lectivo, es poco probable que los adolescentes reciban sus computadoras y las utilicen para estudiar, cuando solo restan poco más de 60 días hábiles para que se vaya el 2011. Para eso, tendría que haber docentes especializados y materias que se tienen que incluir en la currícula del establecimiento, cosa que aparentemente no sucede.
Un claro ejemplo son los alumnos de la Capital, los cuales tienen las máquinas desde principio de año y, en muchísimos casos, solo las utilizan para chatear o cargarles música, lo que ha causado un amontonamiento de computadoras desconfiguradas en la sede tecnológica que tiene el ministerio de Educación de la Nación.
Personal de ese lugar indicó en su momento que es tanta la música que le cargan que las máquinas no tienen ese soporte y se termina cayendo el sistema. Por supuesto que todo esto muestra que al menos en la Capital, los jóvenes no le dan el sentido con el cual mandaron las netbooks.
Con esta realidad, conocida por todos los chicos en edad escolar, resulta rarísimo el reclamo y patética la actitud de los docentes. Es poco creíble que haya pasado más de una semana sin haber clases porque los alumnos tomaron las escuelas. ¿Dónde está el poder que tienen que hacer valer los docentes para mandar a los alumnos a sus aulas y comenzar con las actividades diarias? O hay que pensar que en este reclamo están todos incluidos, donde los chicos protestan, reclaman y los maestros miran para otro lado ganándose una jornada sin trabajar. En este conflicto nadie se pronunció a cerca de cómo se van a recuperar los días perdidos, o es que los mismos que reclaman tienen articulado un plan para lograr aprender lo que hoy se está perdiendo de los programas educativos.
La situación preocupa, porque comenzó siendo Andalgalá el lugar que hizo punta, y ahora se suman Tinogasta y también establecimientos del Norte de Belén. Insisto que llama la atención el poco poder del director de una escuela, que se la tomaron estudiantes de entre 12 y 16 años y “no puede hacer nada”. No se escuchó la voz de nadie, de ningún gremio que respalde a los docentes para que puedan ejercer su derecho a trabajar, por lo que infiere que en sus hogares los menores llevan las riendas de la casa y los padres quedan supeditados a lo que los chicos digan. Se podría entender algún tipo de reclamo, si en los edificios escolares se detectan vidrios rotos o baños en mal estado, como otra veces ha ocurrido. Pero, en esta ocasion, ¿hay algún castigo para estos chicos que hoy decidieron no estudiar y no permitir que nadie lo haga? Van a recibir amonestaciones o solo se le acumularán faltas, hasta llegar a las 15 y luego quedar libre. Si es así, ¿se los reincorporará?
Otra pregunta sin respuesta es la actitud del ministerio de Educación, a través de sus supervisores. ¿Hubo algún informe con respecto a lo que sucede en estas escuelas, teniendo en cuenta que desde Nación ya se informó que las máquinas se seguirán entregando hasta completar a todo el alumnado en el 2012. Hoy todo parece indicar que los alumnos ganan la partida, ya que estoy convencido de que Educación debe darles explicaciones, pero también tomar medidas, cosa que por el momento no ha sucedido en esta Catamarca donde cualquier motivo es bueno para manifestarse, en un año en donde los docentes trabajan y los alumnos deciden protestar. 


Por Flavio Cassataro