Provinciales: La Iglesia de Catamarca vivió la gran fiesta de los 100 años de su creación

El sábado 21 de agosto, día en que la Iglesia Universal celebra a San Pío X, creador de esta jurisdicción eclesiástica, enclavada en la tierra bendecida por la Virgen del Valle, la Diócesis de Catamarca vive jubilosa los 100 años de su nacimiento como Iglesia particular, en el marco del Bicentenario de la Patria.
Los actos centrales fueron jerarquizados con la presencia del Legado Pontificio, Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, quien fuera enviado especialmente por el Papa Benedicto XVI, para presidir este acontecimiento extraordinario que vivimos los catamarqueños. A éste se sumaron prelados de distintos puntos del país, principalmente del Noroeste Argentino.
Los festejos se iniciaron muy temprano, cuando la luz del nuevo día aún no asomaba en la tranquila San Fernando del Valle, con la caravana portando a los Santos Patronos de las 28 parroquias diseminadas a lo largo del extenso territorio diocesano, presidida por la Imagen auténtica de la Virgen del Valle, que una vez más salió de su Camarín para acompañar a sus hijos en este año de gracias especiales. En esta ocasión, lo hizo luciendo su nuevo manto diseñado con la oración del Credo, síntesis de nuestra fe.
En el predio ferial, aguardaba una gran cantidad de peregrinos, provenientes del interior diocesano y de la misma Capital. La entrada de las Imágenes al salón principal se realizó en un clima de fiesta total, que se hizo más intenso con la presencia de la bendita Imagen de la Virgen del Valle, portada por el Arzobispo de Salta, Metropolitano de la Región NOA, Mons. Mario Antonio Cargnello.
La ceremonia protocolar dio apertura con el ingreso de las banderas de ceremonia de distintas instituciones educativas del medio.Se dio lectura al nombramiento del Legado Pontificio, Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, como “enviado extraordinario” para presidir la solemnidad del Centenario Diocesano “con mayor majestad y ornato”, según indica el instrumento legal que lleva la firma de Benedicto XVI. Se hizo lo propio con el decreto del Poder Ejecutivo Provincial, que lo declara Huésped de Honor; al igual a los otros prelados presentes en los actos centenarios. Igual distinción recibió el enviado papal del Municipio Capitalino.
Como parte del aspecto formativo y de reflexión de estas jornadas, los participantes trabajaron en los diferentes foros sobre: 1. Procesos formativos: Discipulado misionero. 2. Bicentenario y servicio al bien común. 3. Rostro mariano de la Diócesis de Catamarca. 4. Dimensión misionera de la Iglesia particular (Misión permanente). 5. Familia y vida. 6. Juventud.
Antes de la celebración penitencial y de la Santa Misa, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, cantó con los presentes el cumpleaños feliz y partió la gigantesca torta de los cien años de vida de la Iglesia catamarqueña.